Desde el punto de vista de la biologia, solo se trata de otro capitulo.
El organismo sigue cambiando, y a veces incluso los seres queridos de una persona no la pueden reconocer.
Un incendio puede encoger los huesos de una persona.
Y un rio de corriente rapida causa sus propios estragos a un muerto.
Por eso, en junio del 2016, Elizabeth Nelson enfrento un problema.
Habia sido un hombre alto, calvo y con una barba larga y canosa.
No llevaba su billetera y las pistas sobre su identidad eran pocas.
Incluso si fuera un familiar tuyo, no lo habrias reconocido, me dijo Nelson.
Nelson considera a cada cuerpo no identificado como un problema tanto practico como existencial.
Pero tambien tiene que ver con el asunto de la dignidad.
Un nombre es lo minimo que deberia acompanar a un muerto cuando lo entierran.
Carl, es Elizabeth de la oficina del medico forense de Spokane, escribio.
Dejo ciertas cosas por fuera: como siempre, esperaba un resultado rapido.
Como de costumbre, no podia pagar.
Mandame las fotos, contesto Koppelman.
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No trabaja para una agencia gubernamental ni en una universidad.
A diferencia de los bosquejos policiales, los retratos de Koppelman tienen ojos emotivos y rasgos vivaces.
Cuales habian sido las jugadas de la muerte y del rio?
Como podria el contraatacar?
Casi enseguida, una empleada de un albergue local para personas sin hogar llamo.
El muerto tenia un nombre, Donald Nyden, y tenia 68 anos.
Y Carl, de nuevo, un trabajo increible.
Sin embargo, Koppelman persevera, porque hay familias que siguen esperando y preguntandose.
Al principio, creyeron que podia ser un cazador intruso.
Pero cuando llego el sargento John York, vio que habia sucedido algo espantoso.
Una adolescente delgada estaba tendida boca abajo en el campo de maiz.
Tenia rizos color castano, cuyas puntas estaban tenidas de color rubio.
Llevaba puesto un pantalon de pana, una camisa escocesa y una cazadora roja de hombre.
Le habian disparado en la frente y por la espalda.
York formo un equipo para investigar.
Con el tiempo, la llegaron a conocer como Caledonia Jane Doe, o Cali Doe, para abreviar.
Las semanas se volvieron meses; los meses se volvieron anos.
Le preguntaba: Que se nos olvido?
Que pasamos por alto?.
York a la larga se convirtio en sheriff y recurrio a nuevas tecnologias a medida que aparecian.
El esmalte de los dientes de la adolescente sugirio que ella quizas era del sur o del suroeste.
El caso atormento a York, quien se comprometio a esclarecerlo.
No crees que esa chica se merece algo de justicia?.
El cuidador
A Carl Koppelman le demoro mucho tiempo encontrar su proposito.
Crecio en El Segundo, una ciudad playera en el condado de Los Angeles.
Fue el menor de cinco hijos.
Con su talento para dibujar rostros, cubrio sus carpetas escolares con garabatos de caricaturas de los maestros.
Despues de graduarse de la escuela secundaria en 1981, permanecio en el hogar de su ninez.
Consiguio trabajos en construccion y en una fabrica de metal en lamina para la industria aeroespacial.
A Koppelman, como a muchos de nosotros, estas historias le parecieron al mismo tiempo repugnantes y fascinantes.