En medio de este dolor no puedo hablar de culpables.
Ni siquiera puedo responder como fue que mi mama Cristina Diaz, de 72 anos, contrajo el coronavirus.
No puedo sacar de mi mente ese instante.
Se convirtio en la ultima vez que estuve fisicamente con ella.
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Sus nietos eran su adoracion.
El martes 7 de julio mi mama tuvouna caida inesperadacuando se levantaba de la cama para ir al bano.
A partir de ese momento todo cambio.
Decidimos que mami viniera a mi casa ese fin de semana, para animarla un poco.
Ella siempre tenia una tos seca resultado de los tratamientos medicos, pero esta vez era diferente.
La acostamos un rato y tuvo dos golpes de tos muy feos.
A la manana siguientedecidi llevarla al hospital.
A la hora y media, llegaron los resultados que temia.
Mi mama dio positivo al virus y, no solo eso, presentaba una neumonia agresiva.
Me quede petrificada, aterrada.
Mi primera reaccion fue enviarle un mensaje de texto a mi esposo y pedirle que desinfectara la casa.
El, por suasma, y mi hija estaban en riesgo.
Trate de no llorar, de no reaccionar, de mantener la calma y darle animos a mi mama.
Nunca imagine que aquel seria el beso de despedida.