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Las mujeres son mas propensas a informar sobre un ataque de panico que los hombres.
“Es como si me apretara una abrazadera”.
Empezo a hiperventilar, su corazon se puso a latir con fuerza y comenzo a sudar.
Sintio una creciente presion en el pecho.
“Despues, empece a temblar hasta lo mas profundo de mi ser”.
Lesko pidio permiso para irse temprano y salio corriendo a su auto.
Se desmorono en el asiento del conductor y rompio a llorar.
“Permaneci sentada intentando tranquilizarme y respirar de manera normal”, recuerda.
Tardo unos 30 minutos en calmarse lo suficiente para poder conducir.
No ha podido regresar al trabajo.
Que hace para superarlo: Lesko todavia encuentra dificil controlar sus ataques de panico.
Es reacia a tomar medicamentos, pero ve a un terapeuta mediante el uso de la telemedicina.
“Y eso me ayuda”.
“Sabia que algo terrible estaba ocurriendo”.
Una manana, hace casi 20 anos, J.T.
Lewis paro un taxi porque llegaba tarde al trabajo.
Al acomodarse en el asiento trasero, Lewis observo que el auto estaba inusualmente caliente, sucio y apretado.
El asiento del conductor estaba echado tan hacia atras que parecia como si la aplastara.
Se sintio sudorosa y mareada.
“De repente, no podia respirar”, recuerda Lewis.
“Senti un dolor opresivo en el pecho.
Sabia que algo terrible estaba sucediendo.
Me estaba muriendo?”.
Tras una serie de pruebas, su medico le dijo que no tenia ningun problema fisico.
Sintio la presion en el pecho.
La sensacion de que no podia respirar.
Sudorosa y palida, le pidio agua al asistente de vuelo.
“Estaba frustrada, confusa y humillada”, dijo Lewis.
“Empece a evitar los viajes de negocios”.