Han sido comparados con los bomberos y la policia que respondieron a los ataques terroristas del 11 de septiembre.
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A continuacion se describen algunas de sus historias.
Enfermera clinica en Mount Sinai Hospital de la ciudad de Nueva York.
Ha sido enfermera durante 37 anos.
He sido enfermera desde el comienzo de la crisis del sida a principios de la decada de 1980.
Eso no fue nada comparado con esto.
El aumento de casos de coronavirus ha sido muy rapido y muy despiadado.
Pero no me converti en enfermera por el glamur.
Mi esposo tambien es enfermero.
Nuestro hijo trabaja en un hospital como asistente administrativo.
Cumplimos con eldistanciamiento social… incluso en un apartamento de Manhattan.
En parte le hago frente con humor, que me ha ayudado a transitar la vida.
Solo espero que dure.
Todos estan al limite.
Mis tareas solian ser logicas y organizadas: nada fuera de lo comun, por cierto, nada catastrofico.
Lo describo como un caos organizado.
No se con que me voy a enfrentar.
Todo es muy preocupante.
Solo quiero asegurarme de que mis pacientes esten respirando.
Esta es la nueva normalidad.
Averiguamos cuantos companeros han contraido el virus o cuantos estan en cuarentena porque tienen sintomas.
Esos numeros aumentan todos los dias.
No me han hecho la prueba de deteccion del virus.
No tenemos suficientes pruebas en Nueva York para todo el personal de atencion medica.
No me importan las consecuencias.
No dejare de hacer lo que amo.
Los enfermeros son lideres.
Somos una clase especial.
Durante las catastrofes, y el coronavirus es la peor de ellas, no nos apartamos.
Pero tengo miedo todos los dias.
Antes de eso, fue tecnica en emergencias medicas (EMT) en el hospital durante 18 anos.
Para nosotros ha sido un dificil proceso de aprendizaje.
No sabiamos exactamente como se propagaba el virus.
Estas habitaciones hacen que el aire sea mas seguro para respirarlo.
Estoy algo preocupada por mi, por mi esposo y por nuestras dos hijas.
Actualmente, parece que puedo intervenir y ser util.
Los extremos a los que puede llevarte este trabajo me retan a comprometerme con mi fe a diario.
Hace una semana y media vino un adolescente que parecia muy ansioso.
Estaba alli por otro problema de salud, pero teniaasmay nos preocupaba que pudiera tener COVID-19.
Este joven dijo muchas gracias al menos tres o cuatro veces, incluso en un momento que estaba vomitando.
Fue extraordinario que alguien de esta edad mostrara ese tipo de gratitud.
Es enfermera titulada del Suburban Hospital, un hospital afiliado a Johns Hopkins en un area de Maryland.
Ha sido enfermera durante mas de una decada.