Nuestra hija, Marie, estaba en primer grado.

Era un vecindario ideal para una familia.

Eso fue durante la recesion, por lo que ni siquiera intentamos vender la casa grande.

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En cambio, la alquilamos a un inquilino que termino quedandose durante 12 anos.

Membresia de AARP: $15 por tu primer ano cuando te inscribes en la renovacion automatica.

Pero no queriamos venderla a cualquiera.

Phil Black frente a su casa en Virginia Beach, Virginia.

Tambien queriamos venderla nosotros mismos.

Linda tiene 65 anos y yo tengo 70.Nos jubilamosde una organizacion sin fines de lucro que dirigiamos.

Dependemos del Seguro Social, pequenas pensiones y nuestros ahorros.

Mujer preocupada por las facturas en su escritorio

Como conociamos tan bien la casa y el vecindario, pensabamos que podriamos representarla mejor que cualquier agente inmobiliario.

Y ya lo habiamos hecho antes.

Asi es que Linda y yo pusimos manos a la obra.

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Pintamos casi todo nosotros mismos.

Nos llevo cuatro meses.

Fue un proceso estresante.

Mujer digitando en una calculadora y sosteniendo un fajo de dólares en la mano.

Terminamos gastando unos $50,000 en la casa para prepararla para la venta.

En retrospectiva, quizas fue demasiado.

Tal vez no tendriamos que haber cambiado tantos apliques de iluminacion.

Ilustración de una mujer en su oficina en casa

Sin embargo, lapandemiafue preocupante.

Querrian los compradores arriesgarse a salir y recorrer las casas de personas desconocidas?